En el sector del arte, los embalajes de obras de arte requieren algo más que cuidado: exigen precisión técnica. Estas soluciones deben proteger, aislar y conservar piezas únicas frente a golpes, vibraciones o humedad. En este artículo exploramos cómo se preparan estos embalajes profesionales y por qué las espumas técnicas, como las que desarrollamos en Diapol se han convertido en una herramienta esencial para museos, galerías y transportistas especializados.
Durante los traslados, las piezas artísticas están expuestas a posibles daños. No siempre se pueden evitar los cambios de temperatura, las vibraciones o la humedad, pero sí se puede minimizar el riesgo con un diseño de embalaje adecuado que combine amortiguación, inmovilización y barrera ambiental.
Igual que un ciclista se pone un casco para protegerse, las obras de arte necesitan su propio “casco”: capas funcionales que disipan energía, bloquean el movimiento y reducen microvibraciones que, acumuladas, pueden dañar superficies sensibles.
Ya no basta con envolver una obra en plástico de burbujas. Hoy, los embalajes de obras de arte profesionales combinan materiales a medida (espumas técnicas, paneles estructurales, papeles de archivo y barreras inertes) y cajas o cajones diseñados según las exigencias del trayecto y del tipo de pieza.
Si quieres conocer más sobre cómo aplicamos esta ingeniería de materiales, visita también nuestro artículo sobre soluciones sostenibles en espumas técnicas.
Antes de empezar, es esencial conocer la forma, el peso y las dimensiones de la obra, y detectar irregularidades, relieves o zonas frágiles. Con esa información, se eligen las densidades y rigideces adecuadas y se diseña el ajuste para evitar balanceos internos.
Los profesionales del sector también recomiendan envolver o separar con papeles o films de calidad de archivo cuando la superficie es sensible, y usar tapas rígidas o cajas de cara abierta si el contacto directo puede resultar dañino.
Las espumas técnicas (de polietileno o poliuretano) combinan flexibilidad, ligereza y resistencia:
En DIAPOL, diseñamos embalajes personalizados seleccionando la densidad y el grosor óptimos para que la obra “flote” en su alojamiento, con la compresión justa para inmovilizar sin transmitir esfuerzos.
Los embalajes de obras de arte más eficaces se diseñan por capas funcionales. Cada material cumple una función y complementa las espumas técnicas que fabrica DIAPOL.
Más información sobre embalajes museísticos en la Guía de conservación del Smithsonian Museum, fuente de referencia internacional.
Con este proceso, garantizamos que la obra llegue intacta a su destino y que, si se almacena, se mantenga en condiciones óptimas. No se trata solo de proteger objetos, sino de preservar historias, legado y trabajo artístico.
Frente a embalajes tradicionales como el plástico de burbujas, que no se adapta ni ofrece precisión, en DIAPOL apostamos por espumas técnicas sostenibles y soluciones estructurales personalizadas.
Combinamos ingeniería, diseño y sostenibilidad para crear embalajes de obras de arte que protegen tanto el objeto como su valor cultural. Colaboramos con artistas, museos, restauradores, galerías y empresas de transporte para diseñar y producir soluciones que se integran en sus procesos de traslado y conservación.
En DIAPOL, somos especialistas en embalajes de obras de arte que combinan ingeniería, sostenibilidad y protección.
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